DESDE LA SOMBRA SIEMPRE PRESENTE


Solo un padre ama incondicionalmente,
padece en silencio y no aguarda recompensa
y sólo es feliz si es feliz su hija.

Con cada paso que dan, con cada éxito
él está allí, aplaudiendo en silencio,
dando todo de él, sin esperar nada a cambio.

Su amor es inmenso, incondicional
como el sol de la mañana que se incita,
que ilumina el camino de su hija.
No importa cuántas veces tropiecen.
Él está allí para levantarla,
con una sonrisa en su rostro.

Sus palabras son dulces como la miel,
sus abrazos reconfortantes como una manta.
Abrazo que la cuidan del frío de la vida.

A veces él puede parecer estricto,
pero es que quiere lo mejor para ella.
Él quiere verlas crecer fuertes y valientes.
Y aunque las lágrimas puedan caer,
llorando por verla sufrir o por la distancia,
siempre él está allí, en silencio, amándola.

Porque como padre amo incondicionalmente
padece en silencio y no espera recompensa
y sólo es feliz si es feliz mi hija.

Autor Santos Rojo Montero
@Reservado los derecho del autor
Publicada:19/12/2024
Cáceres( España)

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